El análisis económico junto con el análisis funcional representa el núcleo o la parte más importante de la documentación de precios de transferencia.

Entre sí, ambos análisis también actúan como vasos comunicantes ya que las políticas de precios de transferencia entre partes vinculadas y las remuneraciones que se derivan (que son objeto de justificación en los análisis económicos) deben guardar una correlación con las funciones, activos utilizados y riesgos asumidos por las entidades y que son descritos en el análisis funcional.

Dicha correlación se plasma en el hecho que cuanto más funciones, activos y riesgos asuma una entidad vinculada, mayor será la retribución que a dicha entidad le corresponderá. A sensu contrario, cuantas menores sean las funciones, activos y los riesgos, menos será la retribución en cuestión.

Como ejemplo, podemos mencionar en actividades de distribución, las figuras del distribuidor y del comisionista: aun cuando la actividad que realizan es la de intermediación en la venta de productos y/o servicios, el segundo realiza menos funciones, emplea menos activos y asume unos riesgos muy inferiores a los que tiene el primero. Ante ello, se espera que la retribución de mercado de un comisionista sea sensiblemente inferior a la de un distribuidor.

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Análisis funcional

Abundando más en dicha correlación, el análisis funcional nos permitirá lo siguiente:

  • Evaluar la contribución en los beneficios de las partes involucradas en las operaciones vinculadas;
  • Seleccionar el método de valoración de precios de transferencia;
  • Determinar los criterios para la búsqueda de comparables; y
  • Identificar la necesidad de segmentación de la información financiera de las partes analizadas.

Análisis económico

Centrándonos de pleno ya en el análisis económico, los pasos que se deberán efectuar para llevarlo a cabo son los siguientes:

  1. Determinar los años incluidos en el análisis;
  2. Elección de la tested party e identificación de los factores de comparabilidad más importantes;
  3. Revisión de la existencia de comparables internos;
  4. Determinar fuentes de información sobre comparables externos;
  5. Selección del método de valoración más adecuado;
  6. Identificación de los potenciales comparables revisando que cumplen con los factores de comparabilidad previamente identificados;
  7. Determinación y aplicación de ajustes de comparabilidad;
  8. Análisis de los datos obtenidos y determinación del rango de plena competencia.

En este sentido, el resultado final del análisis económico resultará ser la obtención de unos rangos de mercado que (si nuestras políticas de precios de transferencia son las correctas) nos servirán como referencia para poder demostrar ante una eventual inspección de Hacienda que nuestras operaciones vinculadas son realizadas de conformidad con el principio de plena competencia.